En este tiempo he aprendido a escuchar
no solo yo consigo misma,
sino a los demás..
todos tenemos la necesidad de
ser escuchados pero son pocos
los que tienen el talento de
callar.
hablamos y hablamos
tratando de comunicarnos,
pero una buena comunicación
consta de cumplir un
papel de receptor y emisor.
Le he pedido muchas veces a Dios
que me hable, pero he olvidado callar
pasa momentos que solo pedimos
y no escuchamos su tierna voz
y después reclamamos que por
que sucedieron así las cosas, ya no
andemos como los sordo, hay que estar
atento cuando nos necesiten..